Visita a UAPI
Esta visita fue muy impactante.
Ver las condiciones en las que vivían esas personas, la poca calidad de vida
que tenían, como el lugar en donde vivían estaba tan sucio. En algunos lugares
había charcos de pipi, el comedor estaba muy sucio. La mayoría de las camas ya
eran muy viejas y no estaban muy limpias.
El aseo personal de las personas
en la mayoría de los casos que descuidado, no siempre se bañaban, y aunque una
de las encargadas nos dijo que estaban trabajando los hábitos de higiene con la
gente no siempre se lograban los objetivos, ya que mientras unos si los podían
cumplir otros por sus características no, y al final de cuentan en algunos
casos los que ya lo lograban terminaban imitando a los que no lo hacían.
La situación en el centro era muy
pesada, no se tenía un gran apoyo económico, por lo que no había muchos recursos
para material y para contratar personal. La situaciones eran muy variadas,
había personas con esquizofrenia, con DI, Discapacidad motriz y algunas otras que
no presentaban ningún trastorno mental o intelectual, pero por el simple hecho
de estar ahí encerrados y con poca estimulación se da lo que se conoce como
discapacidad debido al contexto. La única forma en que se clasificaban a las
personas en el centro era por hombre o mujeres. Las mujeres tenían su espacio
aparte del de los hombres.
En mi experiencia me tocó
trabajar con Ramón, un señor que según lo que estaba en su expediente presentaba
esquizofrenia y no tenía muchos meses de haber ingresado al centro. Se trabajó
con él el conocimiento de números y demostró conocer cantidades mayores a 100. También
exploramos sus habilidades de autocuidado, en la que nos demostró no estar muy
seguro de sus reacciones, por ejemplo en se le planteó situaciones como caídas,
temblores a los cuales dio respuestas muy sencillas, sin mostrar una
anticipación de sus actos.
Durante nuestra sesión con él, le
dimos libertad de que eligiera las actividades para hacer. Se vio muy
convencido en sus elecciones. Mientras realizaba algunas tareas le preguntábamos
sobre sus estancia en el centro y si llevaba una rutina diaria, a lo que dijo
que si y nos comentó que siempre se realizaban las mismas cosas y en el mismo orden
guiados por las personas en autoridad. Estas actividades eran despertarse,
tender su cama, lavarse los dientes, almorzar, comer, cenar y la hora de
dormir.
Después de trabajar como 45
minutos aproximadamente, Ramón se levantó, se despidió y se fue; por lo que nos
fuimos a la oficina en donde tuvimos una plática con la trabajadora social. Esta
nos explicó como era que las personas llegaban a ese centro. Uno de los motivos
es que suelen hacer rastreos nocturnos y a las personas que se encuentran en la
calles los llevan ahí; algunas llegan por sí mismos y otras son personas que crecieron
en una casa hogar y cuando ya no los podían tener en la casa hogar (por la
edad) eran transferido al centro.
También nos comentó que a las
personas que presentan Síndrome de Down se les lleva a tomar unos talleres al
DIF. Con algunos otros se trabaja en un pequeño salón que se tiene con
material. También hay una voluntaria que trabaja con la lectoescritura con unos
pocos.
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